Activar el Pensamiento Reflexivo y el Aprendizaje Consciente
Manel Saltor 2 noviembre, 2020

En tiempos convulsos, con todo lo que estamos viviendo debido a la situación de la Covid, la incansable reactividad y la sensación de incertidumbre gobiernan nuestras decisiones, actos, palabras, pensamientos, gobiernan nuestra vida. La mente nunca detiene su flujo constante y reactivo. Y así pasa sucesivamente, incluso cuando queremos descansar o, simplemente, dormir.

El “rum-rum” constante de una mente reactiva nos hace saltar de rama en rama (Monkey Mind) hasta dejarnos devastados, sin energía y confusos. Nos cuesta tomar decisiones, actuar, provoca frustración, desconfianza, abatimiento, relaciones con poca empatía…

Y, al final, son nuestro inconsciente y todas las memorias gravadas en él (experiencias previas, creencias internas, sesgos inconscientes, herencias…) las que toman las decisiones por nosotros.

¡¡¡Y nosotros que pensamos que decidimos y actuamos de manera deliberada y libremente!!! ¡No es así!. Somos el resultado de todas las experiencias vividas y los aprendizajes anteriores. Esta información es la que activa cada respuesta, acción y pensamiento por nosotros.

Debemos actuar para romper este ciclo condicional y decidir libremente que respuesta vamos a dar a cada situación. Escapar de la esclavitud que supone una mente constantemente reactiva.

Es aquí donde entra la importancia de activar el pensamiento reflexivo y el aprendizaje consciente. Vivir las experiencias desde un estado mental de apertura que nos permita:

  1. Considerar una misma situación desde perspectivas diversas y diferentes.
  2. Ver toda la información que se presenta como novedosa.
  3. Focalizar también la atención en el contexto en el que percibimos la información.
  4. Crear nuevas categorías y clasificaciones que nos permita entender esa información.

El pensamiento reflexivo y el aprendizaje consciente aporta una nueva mirada a aquello que nos parece tan conocido, accediendo a un nuevo mundo de posibilidades y oportunidades, aportando:

  1. Más flexibilidad
  2. Más capacidad de adaptación
  3. Más comprensión
  4. Más diversidad, nuevas perspectivas.
  5. Más sabiduría.

La buena noticia es que esto se aprende, se trabaja, se experimenta y se practica. A través de técnicas, visualizaciones, prácticas conscientes y ejercicios formales e informales, puedes activar el pensamiento reflexivo y el aprendizaje consciente.

En el próximo post lanzaré un pequeño y valioso tip para que experimentes el pensamiento reflexivo y la atención consciente.

¡Ahora eres tú quien decides cómo quieres vivir y relacionarte con el mundo!

Manel Saltor

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